Adoro la quietud del mundo un domingo por la mañana.
¿Idealizamos el pasado?
El afán por mantener en el recuerdo ESO que nos ha hecho sentir ,
conduce la realidad por autopistas mentales.
Se muestran cual película una y otra vez.
Son interruptores de emociones a los que accedemos cuando lo necesitamos.
Me sorprende cómo recuerdo detalles, cómo me estremezco sólo pulsando ese antiguo interruptor.
¿Nos inventamos nuestras películas pasadas?
Como si de un negativo se tratase, revelamos nuestras historias una y otra vez.
Perdemos detalles, los incorporamos, y manejamos la escena a nuestro antojo.
Ciertamente somos los dueños de nuestro recuerdo, y doy gracias a ello:
Mantengo la honestidad con mi pasado para no cambiar las historias más de lo debido,
pero me complace acomodarlas en mi mente para que me hagan sentir bien.
¡Qué idea tan poderosa! Somos nuestro pasado, y un poquito muy poquito nuestro presente. Yo también acomodo mi pasado para que me apañe bien.
ResponderEliminar