Con voz cálida se viene tu sorpresa:
pensando en vos le escribo...
¿Cuántos amaneceres suceden en trece años?
Me asemejo a una elefanta:
camino arriba, exhausta y cargada de recuerdos,
buscando, entre tantos, una gota de agua.
Describo el paisaje:
Desierto
Asombro
Viento
Matojos.
Y vuelve la melancolía.
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